lunes, 22 de julio de 2013

Un padre 3 a.m.


Habían pasado quince años
Desde la mañana seca
En que el viento soleado
Vio la partida definitiva
Del hombre que todo lo cura.

Si el universo se crea cada cinco minutos
¿Cuánto puede quedar en quince años?

Cuando a la madrugada
Escuché ese quejido,
El aliento satisfecho
Que solo significa muerte,
Supe que mi padre
Con quien compartía un techo
Por primera vez en quince años
Bajaba los brazos de una extensa guardia.
Con espuma escarlata en su boca índiga
Y los ojos erectos, profundísimos
Me entregaba el volante en la neblina.

Sostuve su nuca, sequé su frente
Y borré su fecha de vencimiento.

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