lunes, 24 de septiembre de 2012

Da la miraDa

Una noche en que apagose el firmamento. 

El brillo de cien niños bailándole al viento. 

La inocencia de un querube barrenando un sentimiento. 

El semblante de mil y un Atilas a su bélico encuentro. 

La picardía de dos fisionomías en aunamiento. 

Un vicio de endorfina batido con destiento. 

Esa invitación especial al eterno guarecimiento. 

El quinto, sexto y séptimo elemento. 



Fugaces segundos en que se cruzaron nuestros ojos. 
Primer y último gran descubri-¿miento?

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