Te hartaste, indigno,
de luchar por el hambre
Mudaste, cobarde,
a luchar contra el hambriento.
Me enfureció, impotente
Tu esquivo gesto al débil,
Tan huérfano de espaldas,
Derivando un nuevo olvido
Hoy me desvela el asco,
A tu saber estéril, pero altivo
A ti, corazón podrido,
Tan muerto vivo.
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